El juego problemático: cómo empezó todo
Brian Molony pasó su infancia en una familia canadiense en la ciudad de Toronto. Su padre fue médico y su madre ama de casa quien cuidaba de los cuatro hijos de la familia. Brian era un chico inteligente y su vida cambió para siempre cuando un día su padre le llevó a ver las carreras de caballo y le enseño cómo apostar. Desde aquel día el niño desarrolló pasión por las apuestas e incluso logró convertirse en corredor de apuestas de sus compañeros de clase.
El joven Brian demostró una inteligencia que no solo le ayudó graduarse en la escuela sino que también obtuvo una licenciatura en periodismo en la Universidad de Western Ontario. Una vez graduado, Molony consiguió de inmediato un puesto de trabajo en el Canadian Imperial Bank of Commerce (CIBC).
En este banco pasó por varios puestos empezando desde el cajero, la oficina de ahorros, cuentas corrientes, cambio de divisas y gestión de préstamos. También viajó mucho por la red de sucursales bancarias donde aprendió casi todo sobre el funcionamiento del sistema bancario, sus procedimientos internos y por supuesto sus debilidades principales.
De subdirector de la sucursal a estafador financiero
Con tan solo 26 años Brian Molony logró ocupar el puesto de subdirector de la sucursal donde trabajaba en Toronto. Este puesto con una edad tan joven le dio mucho poder como por ejemplo el acceso a las cuentas bancarias. Además, este puesto de asistente al gerente de la sucursal le permitía gestionar los préstamos otorgados o denegados por el banco.
El acceso a las grandes cantidades de dinero cambió toda su vida, pero para peor. Su ingenio y aptitud en el trabajo le ayudaron utilizar empresas reales o crear compañías ficticias a las cuales otorgaba préstamos para sí mismo y su pasión por las apuestas. Muchos años más tarde declaró en una entrevista que su intención nunca era de robar el dinero y pensaba devolverlo todo.
Durante sus años más activos en los casinos llegó a apostar hasta $75.000 por mano y conseguía ganar millones que perdía con la misma rapidez. Su buena suerte no duró mucho y se gastó todo lo que había ganado en las apuestas en casinos de Las Vegas y Atlantic City.
Nadie de su entorno sospechaba de su problema con el juego. Su adicción le causó sumergirse en un frenesí de unas pérdidas constantes que trataba de camuflar con mayores nuevos préstamos con el fin de seguir apostando para devolver los préstamos que ya había pedido anteriormente. Durante varios años logró malversar millones de dólares del banco donde trabajaba y no pudo devolver los préstamos que alimentaron su problema con el juego que empeoró con el tiempo.
El desenlace de la historia
Su último día en el casino fue recordado por la enorme suma que perdió en un juego de dados en el casino Caesars de Atlantic City: un millón de dólares. Fue el 27 de abril de 1982 cuando su embuste con el dinero del banco se había terminado porque finalmente El Canadian Imperial Bank of Commerce había descubierto el robo de más de 10 millones de dólares realizado durante muchos años seguidos.
Molony fue arrestado, pero el casino de Caesars Atlantic City también fue demandado por el Banco porque creían que el personal y la gerencia estaban involucrados en el robo de dinero de Molony. Las razones de la demanda eran que el casino nunca pidió información financiera de su cliente y le ofrecieron habitaciones gratuitas y viajes de avión privado a Las Vegas y Atlantic City entre muchos otros regalos y privilegios.
Después de ser declarado culpable en noviembre de 1983 Molony pasó dos años y medio en la cárcel. Al salir de la prisión realizó un servicio comunitario que incluía seminarios donde compartía su historia y también recibió un tratamiento por su adicción al juego. En cuanto al casino Caesars Atlantic City, el casino y el banco firmaron un acuerdo y el casino fue obligado a cerrar por un día el 30 de noviembre de 1983 y esto podía haber costado pérdidas de hasta $800.000.
Hoy en día Molony vive con su familia, tiene tres hijos y trabaja como consultor de negocios. Poco a poco está pagando el dinero robado del banco y está completamente recuperado de su adicción al juego. También está participando en seminarios donde cuenta su historia personal para ayudar a personas con problemas con el juego.
La historia real de Molony en la literatura y el cine
La historia real de Brian Molony fue representada en la cultura pop mediante el libro del escritor canadiense Gary Stephen Ross: “Stung: La increíble obsesión de Brian Molony”. El libro fue un éxito de ventas y unos años más tarde fue la base del guion de la película Owning Mahowny (2003). El papel del protagonista Dan Mahowny fue interpretado por Philip Seymour Hoffman que pasó varias horas con Brian Molony antes de aceptar el papel.
Si nuestro artículo ya despertó tu curiosidad sobre la historia real de Brian Molony entonces te recomendamos que veas la película que tiene una alta puntuación de 7.1 en IMDB, pero por supuesto los mayores detalles están en el libro.
Ayuda para jugadores con adicción al juego
La adicción al juego es un serio problema no solo para los que lo padecen sino también para todo su entorno de familiares y amigos. Si conoces a alguien que está sufriendo de este tipo de adicción puedes conseguir ayuda para tu amigo al contactar con los profesionales de las organizaciones Fejar y Azajer por ejemplo. También puedes visitar la página de JugarBien donde hay muchos consejos y opciones de contacto para recibir ayuda.
Si tú también tienes dudas sobre tu comportamiento en el juego puedes hacer el test disponible en la página de JugarBien para evaluar tu estado. Si estás curioso y deseas leer sobre otras historias reales de personas adictas al juego puedes leer nuestro artículo sobre Jeremy Kyle o sobre los casos más terribles de adicción al juego.
Preguntas frecuentes
Al final de nuestra reseña te proporcionamos información adicional que puedes encontrar en las respuestas concisas de las preguntas frecuentes que la gente suele hacer sobre Brian Molony y que hemos recopilado para ti. Echa un vistazo para consultar las respuestas a continuación.