Tatuajes, implantes de silicona o cambio de nombre
Las apuestas que hace la gente pueden ser raras, pero resulta que hay gente que sí cumplen con lo que han prometido en la apuesta. La gente apuesta sus casas y esposas, otros apuestan todo lo que tienen, incluso su vida como en la ruleta rusa, y terceros ganan mucho dinero por cumplir una apuesta tan loca como ponerse implantes de pecho. En la historia humana hay muchos casos de apuestas raras como cuando alguien cambia su nombre por otro excéntrico y muy largo como la historia que viene a continuación.
Cambiar de nombre por una apuesta
“Full Metal Havok More Sexy N Intelligent Than Spock And All The Superheroes Combined With Frostnova” es el nuevo nombre que tuvo que ponerse un hombre de Nueva Zelanda después de perder una apuesta de póker con sus amigos en 2010. La condición era de cambiarse de nombre y que este tuviera 99 caracteres que es la longitud máxima permitida en la legislación de Nueva Zelanda. El jugador con el nombre más largo tal vez tendrá problemas a la hora de rellenar formularios y poner su nombre, pero por lo menos debería ser agradecido de que los nombres en Nueva Zelanda tienen limitado el número de carácteres en los nombres.
Tatuajes extraños
El caso más sonado de tatuaje por una apuesta es tal vez el de Will Hirons que apostó que se haría tatuaje de la cara de Andy Murray si este gana el campeonato de Wimbledon en 2013. Él no creía que Murray ganaría la final contra Djokovic porque hasta este año no había ganadores británicos desde hacía 77 años. Pues, Hirons cumplió su promesa y se hizo el tatuaje pero en la parte más baja de su espalda, o sea en su nalga izquierda.
Otro caso similar que hay en España es la apuesta entre Santiago Segura y Juanma Bajo Ulloa que apostaron en el éxito de taquilla de sus dos películas, Torrente y Airbag respectivamente. La condición era de quien perdía la apuesta debería tatuarse el nombre de la película y por lo tanto fue Ulloa quien se ha tatuado el nombre Torrente en el tobillo.
Implantes de pecho por 100.000 dólares
El apostador que se puso implantes de silicona en el pecho por una apuesta de 100.000 dólares se llama Brian Zembic y esta no fue su única apuesta loca. En 1997 el apostador profesional ganó su apuesta al ponerse implantes que se quitó en el quirófano después de llevarlos unos 20 años. Otras apuestas locas que Brian había hecho fueron dos: una fue de pasar una semana viviendo por debajo de un puente con 20.000 dólares atados al pie y otra de vivir en el baño de un amigo por 7.000 dólares. Zembic es conocido como un High Roller y gracias a las grandes cantidades que apuesta se ha ganado mucho dinero a lo largo de su vida.
Luis Suárez muerde de nuevo
Durante el Mundial de fútbol en Brasil se hicieron muchas apuestas a nivel internacional, pero no exactamente en el propio juego sino en probabilidades muy raras. Un ejemplo de apuesta rara es la que fue ofrecida por la casa Betsson que permitía apostar en la posibilidad de que el jugador Luis Suárez mordiera a alguien durante el Mundial.
La apuesta fue ofrecida en el mercado noruego y resultó ganadora para nada menos que 167 personas que apostaron por la mordida de Suárez. Cuando el uruguayo mordió al jugador italiano Giorgio Chiellini fue expulsado del campeonato, pero proporcionó unas ganancias con una cuota de 175/1 a todos los 167 noruegos que habían apostado por su extraña manera de expresar su agresividad.
El abuelo que apostó por su nieto
Algunas apuestas raras a menudo se basan en las premoniciones de que algo va a suceder sí o sí. Pues un británico llamado Peter Edwards tuvo la brillante idea de hacer una apuesta por su nieto recién nacido de que el niño se convertiría un día en jugador de la selección de fútbol de Gales. El abuelo invirtió unos 60€ en esta posibilidad y 14 años después su nieto cumplió la apuesta convirtiéndose en jugador de Gales pero también en el centrocampista de Liverpool. ¡Este niño era Harry Wilson y con su talento de fútbol ayudó a su abuelo ganar nada menos que 150.000€!
Apostó en la ruleta todo lo que tenía
El nombre de Ashley Revell, otro británico, entró en la historia de la ruleta con su atrevida apuesta en color rojo en un casino de Las Vegas. Anteriormente había vendido todo lo que tenía y con el dinero obtenido de $135.300 se fue a los Estados Unidos directamente para apostarlo todo en un solo giro de ruleta. Después de ganar su extraordinaria apuesta que le dobló el dinero hasta $270.600, Ashley Revell salió del casino sin seguir jugando, volvió a su país e invirtió toda la ganancia en la creación de su propia plataforma de póker online.
Las apuestas locas de los jugadores profesionales de póker
Los jugadores profesionales de póker que son grandes estrellas entre todos los aficionados del juego son los mejores ejemplos de gente que apuesta por cualquier cosa. Una de las apuestas por mayor cantidad fue esta de Phil Ivey que se sometió a un régimen vegetariano durante un año completo. Su compañero Tom Dwan tuvo que pagarle 1 millón de dólares porque Ivey cumplió la apuesta.
Una apuesta con condición contraria era la de Howard Lederer que se comió un cheeseburger siendo vegetariano. Por cumplir la apuesta recibió 10.000$ de David Grey.
Pero los jugadores de póker no apuestan solo por dinero como en el caso de la apuesta entre el ucraniano Eugene Katchalov y el francés ElkY. La apuesta consistía en la condición de que el jugador que termine con menos puntos en la serie WCOOP debería aprender el idioma nativo del otro durante un año y si no se cumple la condición entonces debería participar en una media maratón dentro del año siguiente. Si esto tampoco se cumple entonces debería participar en una maratón completa. Al parecer el perdedor era ElkY quien no consiguió aprender ucraniano y tuvo que correr la maratón para cumplir con la apuesta.
